sábado, 7 de noviembre de 2009

nostalgia de antemano

mi habitación se congeló en mis catorce años, o algo así. la dejé estar, no me importó, a partir de esa edad empecé a pensar (qué ilusa!) que no iba a habitar ese espacio por mucho tiempo más y que no valia la pena invertir tiempo ni dinero en ordenar, acondicionar y pintar.
así pasó el tiempo y el cuarto sigue siendo un cuadrado con las paredes escritas en los huecos que quedan entre las mil cosas pegadas en las paredes. y hay más, del techo (alto alto) cuelgan cantidad de boludeces, maripositas, haditas, atrapasueños y más y más giladas.
el otro día, cuando en el intento de cambiarme la remera me quedé enganchada con el móvil de las mariposas que compré en la feria de calle oroño hace muuucho tiempo, la miré a madre y le dije "todas estas porquerías se las voy a regalar a lunita y a ámbar [mis sobrinitas que viven en córdoba] para que adornen su pieza"
ella hizo una sonrisa muy triste y me dijo con tranquilidad "no, por qué? dejalas acá". yo sonreí también, porque sé que le gustan y porque entendí que para ella van a ser un poco yo, cuando me vaya.

:.

3 comentarios:

  1. es raro eso
    en pieza tambien hay cosas
    aunque muchas las tiré para colgar libros

    poco a poco
    somos para los otros .para bien o mal.

    lo que tenemos y hacemos

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  2. que fuerte...

    mi mamá me dijo el otro día, que le iba a dar celos que yo cocine para otra algún día.

    estan todas chapas las madres

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