martes, 17 de noviembre de 2009

pacto

dele joder con la flor de magnolia, año tras año cuando llega esta época mi mamá empieza a recordarnos lo mucho que le gustan y lo altas que suelen estar y cómo nunca ningún príncipe azul altísimo pasa y sin esfuerzo alcanza una y se la regala.
y no es que yo no tuviera muchísimas ganas de cumplir con su deseo (de la flor, por supuesto, lo del príncipe está completamente fuera de mi alcance) pero cada vez que pasoaba cerca de un arbolito sonreía de impotencia mirando como se balancean altos e inaccesibles los pimpollos.
ayer, caminando juntas por boulevard oroño la llevé hasta el árbol que tenía las flores más bajas y saltamos y revoleamos mi bolso como lazo hasta que finalmente lo conseguí, la rama se dejó atrapar, se acercó a nosotros con una resistencia firme pero amable y nos regaló un imenso retoño blanco.
madre me miró, dijo: -tantos años...- y se puso a llorar.
la abracé y sentí que había un pacto en ese abrazo, que ya podía irme, que ya estábamos listas para extrañarnos.

:.

1 comentario:

  1. este blog me retuerce la panza, pero de la emoción eh

    espero que me saques a pasear en bici un día de estos
    por este lado te vamos a extrañar mucho también

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